sábado

Una palabra trae la otra. Es tan fuerte la cohesión entre las palabras que éstas forman una cadena que nos ata con muchas vueltas aislándonos irremisiblemente, es una maraña que, en lugar de describir las verdaderas circunstancias, poco a poco, se sitúa en su lugar ¿Estamos obligados , mas aún, autorizados a colaborar en el proceso? Curiosamente, semejantes preguntas armonizaban con este paisaje. Él les daba espacio y claridad, por más que él nunca preguntaba ni respondía. La cortedad que experimentamos porque nos sentimos pequeños ante él, no tiene nada que ver con él, como tampoco nuestra duda, que después se disipa por cierto, de si podríamos mantenernos libres de las consecuencias, de la moda a la que nos recluyen, a la vida.     

2 comentarios:

  1. Si de un texto sencillo la gente hace lecturas diferentes, de éste se puede hacer un mundo. Por si acaso no voy a decir nada. Tengo miedo de que me caiga encima la cadena que formen mis palabras.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. la representación de la palabra toda, siempre balbuceando y así la refrendamos la comunicación, pero es mucho más intangible,es lindo tomar conciencia.

    saludos,
    Pablo.-

    ResponderEliminar